8.7.11

Çatalhöyük organizacion más compleja de lo que se pensaba


 Panorámica parcial del yacimiento de Çatalhöyük

Vía: LiveScience | Owen Jarus | 29 de junio de 2011 (Traducción: G.C.C. para Terrae Antiqvae)


Restos humanos descubiertos bajo el suelo de las casas de adobe en uno de los primeros asentamientos permanentes del mundo, no estaban biológicamente relacionados unos con otros; un hallazgo que presenta una nueva imagen de la vida hace 9.000 años en una llanura pantanosa en el centro de Turquía.

Los investigadores encontraron, incluso, que los niños de tan sólo 8 años no fueron enterrados junto a sus padres u otros parientes en el lugar denominado Çatalhöyük.

"Ello habla mucho del tipo de estructura social que podrían haber tenido", dijo aLiveScience la investigadora Marin Pilloud (foto a la izquierda), una antropólogo físico de las fuerzas armadas de Estados Unidos en Hawai.

Una antigua sociedad

Çatalhöyük abarcaba unas 10,5 hectáreas, y sus habitantes -estimados en unos 10.000- se habrían ganado la vida mediante el cultivo y la cría de animales domésticos. Fue construida en una llanura pantanosa en el centro de Turquía.

Antes de Çatalhöyük, la mayoría de las gentes del planeta se ganaban el sustento como cazadores-recolectores, moviéndose a través de los territorios con el fin de sobrevivir. En el período posterior a la fundación de Çatalhöyük, más asentamientos agrícolas fueron creados en el Medio Oriente, allanando el camino para las grandes ciudades y el nacimiento de las primeras civilizaciones.

Cuando los arqueólogos desenterraron por primera vez el yacimiento, en la décadas de los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, se encontraron con que el asentamiento no contenía calles. Las casas de adobe estaban agrupadas unas con otras, y sus habitantes entraban a las mismas a través de una escalera en el techo. Dentro de las casas, la gente pintaba formas artísticas sobre las paredes y creaba puntas de lanza, así como cerámica. También enterraban en ellas a sus muertos (hasta 30 individuos por casa), debajo de los suelos.


Foto: Reconstrucción de una de las casas tal como aparecía hace casi 9.000 años. Las paredes estaban cubiertas con yeso blanco y cubiertas de arte decorativo, mientras que las personas estaban enterradas bajo el suelo con plataformas por encima de ellos.



Foto: Punta de lanza de obsidiana


Foto: La gente de Çatalhöyük fueron algunos de los primeros alfareros del mundo. Los arqueólogos han encontrado buenos ejemplos de su trabajo, incluyendo la vasija que se muestra.


Foto: Reconstrucción de un enterramiento.

Los dientes dicen todo

Para entender cómo los seres humanos enterrados estaban relacionados, los científicos intentaron -sin éxito, debido a su avanzada edad y a la contaminación- extraer el ADN de los esqueletos.

Así, Marin Pilloud y Clark Spencer Larsen (foto a la izquierda), de la Universidad estatal de Ohio, analizaron la siguiente cosa mejor: el tamaño y la forma de sus dientes. Dado que las personas que están relacionadas deben tener similitudes en la morfología de los dientes, los investigadores compararon los restos dentales de 266 individuos del yacimiento. Sus resultados se detallan en un artículo recientemente publicado en la American Journal of Physical Anthropology.

En su investigación encontraron que las personas enterradas bajo el suelo de cada casa no estaban, en general, relacionadas entre sí. Con la posible excepción de un edificio, esto ocurrió en todas las partes del yacimiento durante el tiempo en que éste existió.


Foto: Restos de una mandíbula que sirvió para analizar las relaciones de parentesco de los habitantes de Çatalhöyük.

"No se veía que hubiera un fuerte componente genético para determinar quiénes serían enterrados juntos", dijo Pilloud. El descubrimiento sugiere que las personas que vivían en Çatalhöyük no estaban vinculados entre sí a través de fuertes lazos de parentesco, agregó.

"No estoy tratando de argumentar que las relaciones biológicas no hubieran sido significativas para las personas de Çatalhöyük", dijo Pilloud. Sino que, más bien, el parentesco biológico "no era el único principio que definía (al grupo), tal como nosotros presumíamos que ocurría en la era de los cazadores-recolectores".

El profesor Ian Hodder (foto a la izquierda), de la Universidad de Stanford, que dirige las excavaciones en curso y los esfuerzos de investigación en Çatalhöyük, dijo a LiveScience que los resultados ofrecen una nueva perspectiva sobre cómo era la vida en el antiguo asentamiento.

"Es realmente muy emocionante. Normalmente los arqueólogos han de deducir exactamente lo que las relaciones biológicas podrían ser; ellas abren todo un mundo", dijo Hodder, el cual no está involucrado directamente en este estudio. "De alguna manera los resultados son contra-intuitivos, ya que no es realmente lo que nosotros esperábamos".


La vida colectiva

Los resultados apoyan una idea que los científicos habían venido presentado: que la sociedad de Çatalhöyük fue determinada por la pertenencia de sus miembros a las casas, en las cuales un grupo de personas transmitían derechos y recursos, explicó Hodder.

"Ser miembro de la casa no estaba basado en el parentesco biológico, sino en una amplia gama de procesos mediante los cuales las personas podrían unirse a la casa", adujo.

Cada casa podría haber tenido acceso a sus propias herramientas, cotos de caza, fuentes de agua y tierras agrícolas. La organización de cada casa en Çatalhöyük podía, de hecho, abarcar varios hogares concretos del lugar.

"Lo que distingue a cada entidad es su co-propiedad en una serie de recursos", señala Hodder.

Foto: Restos de cebada.


Foto: Restos de tejido textil.

Convirtiéndose en urbanitas

El cambio de las relaciones familiares-biológicas hacia una forma más práctica basada en la participación de los recursos, pudo haber resultado como consecuencia de haber adoptado la gente de Çatalhöyük un estilo de vida urbana centrado en la agricultura. Ello podría haber alterado su visión de las relaciones familiares.

"Antes eran cazadores y recolectores, eran grupos sueltos altamente móviles. Ahora estaban totalmente juntos y ligados, y todos viviendo en lugares cerrados.

Ellos podían haber llamado a otros grupos de personas, fuera de su familia biológica, para hacer cosas como tomar el rebaño para llevarlo a pastar o para ayudar con la cosecha, cosas que podían haber requerido más gente", argumenta Pilloud

Hodder dijo que este descubrimiento sugiere que Çatalhöyük era una sociedad más compleja de lo que se pensaba.

"Creo que, mientras la sociedad se volvió más sedentaria y compleja, el parentesco en sí mismo no pareció ser suficiente para mantenerla unida", dijo. "Esto es lo que se sugiere, dado que ellos tenían un nivel lo suficientemente complejo, necesitaron algo más complejo que la relación de parentesco".

Foto: Además de pinturas murales el pueblo de Çatalhöyük elaboraba figuras enigmáticas, tal como el ejemplo que se muestra aquí.

Refugio del yacimiento de Çatalhöyük. Fotos: Jason Quinlan

Vía: The New York Times | Susanne Fowler | 7 de septiembre de 2011 (Traducción: G.C.C. para Terrae Antiqvae)

Un par de refugios de la era espacial sobresalen en los campos de remolacha y cebada de la llanura de Konya, y son la primera visión del Proyecto de Investigación Çatalhöyük, donde los arqueólogos están excavando una aldea neolítica de 9.000 años de antigüedad.

Los expertos, armados con escalpelos, raspan con cautela las micro-capas de yeso de una pared espesa excavada el mes pasado, a fin de sacar a la luz lo que el director del proyecto, el arqueólogo británico Ian Hodder (foto a la izquierda), calificó de "muy emocionante" y "particularmente interesante" pintura con rojos intensos y naranjas rojizos, los cuales se piensa están hechos de ocre rojo y cinabrio.

"Estamos quitando muchas, muchas capas de yeso. Tenemos un programa donde un equipo conjunto de conservadores turcos y británicos tratan de sacarlas una por una, por lo que es una labor extremadamente lenta", dijo el Dr. Hodder esta semana por teléfono.

"Me llamaron desde donde ellos estaban trabajando, porque vieron un poco de pintura. El modelo inicialmente no parecía mucho: a menudo encontramos sólo pequeñas motas de pintura o una pared pintada toda de rojo. Pero esta vez, gradualmente, resultó que se trataba de una pintura completa, y la mejor preservada que yo haya visto en Çatalhöyük , con colores maravillosamente frescos, brillantes y con líneas muy ordenadas".

Foto: La pared hallada con pinturas geométricas de color ocre.

El anuncio del descubrimiento se difundió rápidamente a través del equipo internacional en el recinto, a medida que más pintura quedaba expuesta.

"Es, de lejos, la pintura más intrincada y elaborada que hemos encontrado durante las excavaciones desde mediados de los años 90", manifestó el Dr. Hodder. "Hemos estado esperando bastante tiempo para obtener algo así tan elaborado".

Sin embargo, las pinturas de la Edad de Piedra no vienen con etiquetas explicando lo que son.

"Un aspecto interesante de algunas de las pinturas de Çatalhöyük es que son muy enigmáticas y llenas de ambigüedad, muy difíciles de interpretar", advirtió el Dr. Hodder.

"Las dos propuestas principales por las que este nuevo descubrimiento puede aparecer son que el mismo es simplemente un diseño geométrico, cuyo significado no está claro. Otra alternativa es que no es sólo un diseño geométrico, sino que es una representación de ladrillos, una especie de estructura", tal vez un primitivo plan inicial de algún tipo.

Las casas eran "un símbolo social muy importante y un foco de vida en Çatalhöyük", recordó. "Tal vez estaban tratando de diseñar la relación entre ellos y las casas, pero no es fácil establecer el sentido del diseño. Tenemos que trabajar más sobre ello".

Çatalhöyük  -donde la gente ocupaba casas de adobe desde el 7400 a. C. al 6000 a. C., aproximadamente- está a 60 kilómetros al sureste de Konya, en el centro de Turquía. La zona está salpicada de montículos suavemente crecientes que ocultan las antiguas raíces de urbanización y que atraen a los arqueólogos de todo el mundo.

Un equipo internacional de 22 países trabajó en el yacimiento este año, dirigidos por expertos de la Universidad de Stanford, en California, y del Colegio Universitario de Londres, en Gran Bretaña, y con el respaldo de patrocinadores como Boeing, Shell y el banco turco Yapi Kredi.

Foto

El área fue excavada por primera vez en 1960 por otro británico, James Mellaart, ahora con 85 años de edad, quien estableció que había sido el hogar de una cultura avanzada de gentes evolucionando desde un estilo de vida nómada de cazadores-recolectores a un estilo de vida agrícola más estable.

Sus casas eran uniformemente rectangulares, a las que entraban por agujeros en las azoteas en lugar de hacerlo por puertas delanteras. Cada una tenía un horno y una chimenea, además de plataformas que parecen haber sido utilizadas para dormir. Cuando se necesitaba una casa nueva se construía sobre la anterior. Las casas también servían como cementerios: los muertos eran enterrados bajo el suelo.

Foto: Un enterramiento en el suelo de una de las viviendas

Otro hallazgo de este verano fue una hilera de 11 huellas de manos dentro de una casa y sobre una plataforma funeraria. Otro más fue el descubrimiento de la cabeza de un becerro que había sido pintada de rojo e instalada en una casa sobre una plataforma que cubre nueve entierros.

Foto: Hilera de manos en color ocre

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"Un tipo de patrón que hemos observado es que las pinturas parecen concentrarse en torno a plataformas de entierro", dijo el Dr. Hodder. "No entendemos realmente cuál es la relación. ¿Es una manera de comunicarse con los muertos? Otra idea sería que las pinturas están ahí para proteger a las personas de los muertos, o para proteger a los muertos de la gente".

Durante más de 1.400 años 16 capas de viviendas fueron formándose, correspondiendo a cada una hasta 8.000 personas. El equipo del Dr. Hodder ha excavado a través de las 16 capas hasta llegar a un lago de la era del Pleistoceno.

"Desde el comienzo de las excavaciones hasta la fecha hemos encontrado que todas las casas se construyeron unas encima de las otras", afirma Shahina Farid (foto a la izquierda), directora del proyecto de campo del Colegio Universitario de Londres. "No hay calles o callejones. Era una población muy densa. Sin embargo, una gran cantidad de actividades tenían lugar en las azoteas, al igual que los desplazamientos, los cuales se realizaban sobre el nivel de los techos. Y entre los grupos de casas había zonas abiertas donde tiraban la basura. Luego están aquellas áreas que son las más ricas para nosotros, porque realmente mantienen sus casas muy limpias".

Para la señora Farid, descifrar lo inescrutable es parte del atractivo.

"La arqueología siempre atrae a la gente, porque es como armar un rompecabezas juntos", dijo durante una entrevista en el yacimiento "Y es un rompecabezas que nunca, nunca, se completa. Siempre van a faltar piezas, y luego está esa sensación de asombro: que hay cosas que hacemos hoy en día y que la gente estaba realizando hace 9.000 años. Usted no puede dejar de impresionarse por eso".

"Estamos tratando de comprender por qué eligieron este lugar para vivir. Nos fijamos en lo que llamamos su arte. ¿Por qué estaban tan interesados en los toros? ¿Por qué usaron ciertos diseños geométricos? ¿Cuáles eran sus actividades diarias y cuáles fueron las actividades rituales? Tratamos de definir todo esto. ¿Estamos observando los inicios de la religión? ¿Y qué es todo este simbolismo que alude acerca de los inicios de la civilización?".

Foto: Cuernos de toro dentro de una vivienda de Çatalhöyük

Si suena un poco como a trabajo detectivesco, es que lo es. El equipo tiene incluso un experto forense en incendios trabajando en el lugar.

"La arqueología es un poco como C.S.I.", dijo Farid, refiriéndose a la serie de televisión Crime Scene Investigatión. "Hay ciertas cosas que sabemos que sucedieron. Una pared es una pared. Pero alguien puede llegar y decir ¿por qué cree usted que eso es una pared? Y usted la mira y piensa, bueno, es de ladrillos de barro y es una pared. Alguna vez, en el futuro, alguien comenzará a cuestionar por qué interpretamos algo como una pared. Pero, por ahora, sólo podemos interpretar basándonos en los datos que tenemos a mano".

El Dr. Hodder, ahora en Stanford, ha estado investigando en Çatalhöyük desde 1993 con un permiso de 25 años otorgado por el Ministerio de Cultura y Turismo, y bajo los auspicios del Instituto Británico de Arqueología de Ankara. La directora asistente del proyecto es Serap Özdöl, de la Universidad Egea de Izmir. Oficialmente, su objetivo es triple: excavar el yacimiento, conservarlo junto con sus hallazgos y presentarlo al público.

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El terreno deberá estar listo para nuevos descubrimientos en los próximos años. "Sólo hemos excavado el 4 por ciento de Çatalhöyük", dijo el Dr. Hodder. "Lo que hemos hecho es como excavar una parte muy pequeña de Nueva York y luego inferir de ello cómo fue la vida".

De un tercio a la mitad de las personas que excavan en el yacimiento son de Turquía, dijo. "Yo lo veo, cada vez más, como un proyecto turco y esperamos que se entregue, finalmente, a un equipo turco".

Conseguir la involucración de la comunidad local es clave para preservar el trabajo realizado durante las últimas décadas en Çatalhöyük. El año pasado, 15.000 personas visitaron el yacimiento.

Mientras que el centro de visitantes está abierto todo el año y contiene réplicas de los hallazgos de la excavación, las principales reliquias se muestran en el Museo de la Civilización de Anatolia, en Ankara, y en el Museo Arqueológico de Konya.

Foto:  Escolares visitando el yacimiento.

Muchos de los visitantes son niños en edad escolar. "Ellos tienen un gran día aquí", dijo Farid, la directora de campo. "Y como dice Gulay Sert, que es quien dirige nuestro proyecto de escuela de verano, si uno de estos niños crece hasta convertirse en un ingeniero civil, y ve que la carretera que construye se corta por culpa de un montículo y se detiene a pensar 'Esto es algo arqueológico', y decide rodear el montículo, entonces nuestro trabajo ha sido eficaz".

De hecho, fue un viaje de estudios el que estableció en la Sra. Farid el camino de su carrera profesional en la polvorienta Anatolia.

"Fueron los egipcios", dijo ella, recordando su introducción en "Los tesoros de Tutankamón" en el Museo Británico en 1972. "Sí, fue la emoción del descubrimiento. Pero ahora no es el descubrimiento aquello que me emociona. La gente siempre pregunta cuál es la cosa mejor que has desenterrado? Y no lo sé, porque no es una cosa, sino que es la historia. Es la historia que va con ella lo que me apasiona. Eso es lo que tenemos que enseñar a la gente también. Un tesoro es un tesoro, pero sin una historia es la mitad de lo que vale".

Foto: Vista panorámica del entorno de Çatalhöyük. Al fondo, a la derecha, el refugio del yacimiento.


Que buena noticia;es un yacimiento maravilloso que está dando muchísima información sobre el mundo simbólico del neolítico en esa zona y que probablemente  está en los orígenes de  buena parte del imaginario del mundo mediterraneo. Me llama la atención la mano impresa ,como las del paleolítico,porque a veces he pensado si la "señora de las fieras" pariendo  en el trono no vendría del mundo de los cazadores paleolíticos.
 
Sí, María, las manos recuerdan a las del Paleolítico, si bien en este periodo se realizan generalmente en negativo, mientras que las de Çhatalhöyük están en positivo. Quizá signifique algo este cambio. Se las ha interpretado de muchas maneras, pero suele prevalecer la idea de que aluden simbólicamente al sol, incluso a la luna. La mano derecha significaría el sol naciente, mientras que la izquierda el sol poniente, o bien la mano derecha al sol y la mano izquierda a la luna, y ambas simbolizaciones en relación al tránsito de la vida hacia el más allá. También se significa como símbolo de lo masculino (mano derecha) y femenino (mano izquierda).  En fin, dualidades y principios opuestos (y complementarios) que están muy presentes (incluso en otros tipo de representaciones) en el imaginario simbólico de las gentes de tiempos neolíticos y que entroncan, es verdad, con las concepciones de la Diosa Madre, de la cual en Çhatalhöyük se han encontrado diversas ejemplos materiales. Lo curioso es que el arqueólogo Ian Hodder no considera, en contra de la opinión de su antecesor, James Mellaart, que en Çhatalhöyük se hubiera experimentado un desarrollo preferente de culto a la Diosa Madre, y, en consecuencia, se desarrollara una cultura con características matriarcales.  No deja de ser un asunto interesante, y habrá que esperar a ver qué más surge en este imponente y trascendental yacimiento. Desde luego, al paso que van, parece que la cosa va para muy largo.
A mí la palabra 'matriarcado' me suena como 'totemismo', 'religiones indoeuropeas' y otras que me parece no debieran usarse. La mujer, como dice L-Strauss, es fundamentalmente el enemigo, el ser perteneciente al grupo enemigo y con ello espiritualmente distinto, en caso contrario sería incesto. En una tal sociedad, las mujeres tendrían que capturar o comprar hombres enemigos. De que en un sistema mitológico tenga gran importancia la figura femenina, dados los ritos agrarios por ejemplo, no se deduce ni en uno ni en el otro sentido que fueran sociedades matriarcales. Ishtar presenta una forma femenina, diosa del amor, y una forma masculina, con arco y flecha, idéntica a Isis armada, Diana y Artemisa. También la Virgen, que puede ser Patrona del Ejército. Ello no es reflejo de supuestas estructuras sociales matriarcales.
 
Estoy de acuerdo con usted en la profunda dificultad que implica adjudicar el concepto de matriarcado a diversas sociedades o culturas. Es una cuestión que ha sido siempre muy debatida. En el contexto que yo lo hago es para referirme sólo a las posiciones de J. Mellaart, el cual sí ha interpretado que las relaciones sociales-culturales de Çhatalhöyük podrían haber estado mediatizadas por concepciones de signo matriarcal, cuestión a la que, como advertí, se opone -y, a mi juicio, con razón- el profesor Ian Hodder. Aun cuando haya datos que invitan a pensar a algunos en la existencia de una cultura con características de matriarcado en Çhatalhöyük, sería preferible concluir que dichos datos se incardinan preferentemente más al concepto de matrilinealidad que a otra cosa. Saludos
 
No sé Guillermo,creo que  hay varias interpretaciones para las manos;también se piensa que(en el paleolítico) era una manera de conectar con la sacralidad de la cueva ,con el "otro mundo" en el que  residían los  animales (L.Williams);lo de conectar con el otro mundo   vendría bien con estas manos que están en una zona funeraria,suponiendo que continuaran con le simbolismo de épocas anteriores,claro y que ese simbolimo  fuera el de contactar con otro plano de la realidad.
 
La imagen especular de la mano, masculina o femenina como dice Guillermo, podría corresponder a una de las almas del chamán, el alma-sombra, o el alma-musical; me parece probable que sea esta última, ya que está pintada de rojo. Habría dos posibilidades, quizá especulares: realizar la impronta con la mano teñida de rojo, o inversamente, teñir soplando la pintura por un tubo óseo, el contorno de la mano.
 
..... Ya dije desde un principio que tales manos (en negativo o positivo) se han interpretado de muchas maneras, y todas guardan, si bien unas más que otras, una posibilidad de verosimilitud. Por lo demás, es también más que factible que dichas manos tuvieran un significado polisémico dentro del propio grupo cultural que las realiza allí donde las encontremos. En cualquier caso, María, la adscripción de la mano como símbolo solar (o lunar) ya apunté también que no está reñida con los contextos funerarios. El ciclo diario de sol, naciendo y renaciendo, se ajusta perfectamente a las cosmovisiones funerarias de muchos pueblos o culturas, como bien sabemos. El hecho mismo de que se pinte en rojo aludiría al sol, al igual que manos pintadas en negro son susceptibles de interpretarse como símbolo lunar. Y dentro de esa polisemia que señalo, ni que decir tiene que dichas manos pintadas en serie pueden guardar al unísono una clara función apotropaica (quizá realizada por la mano de un chamán, como apunta Servan), con el fin de proteger a los cadávares de influencias malignas (vengan de donde vengan), o a los vivos de las influencias malignas que pudieran emanar del más allá a través de tales cadáveres, tal como sugiere igualmente el mismo Ian Hodder.
 
Las manos tienen una extraordinaria capacidad de expresión, quizá tanto o más que las fisonómicas (estudiadas ya por Darwin). En otros post me he referido al simbolismo de las manos en Da Vinci. El más evidente es el sexual, la higa, el falo. La exhibición del falo como dominio se observa en los primates. El número de dedos es la base del sistema de numeración, con el número 10 como perfecto platónico, resultado de la suma de 1+3 masculinos y 2+4 femeninos. Un dedo está relacionado al matrimonio, otro al corazón. En essay sur la religion bambara, de Dieterlen, vemos por ej. que en el recinto sagrado familiar 'ceso', aparecen una mano derecha y una ezquierda, en negativo, junto a la representación de los ancestros y su lugar: las manos de los vivos. elle est accompagné de deux mains silhouettées, mains des vivants 'croissées et tendues vers le monde des morts'. La main gauche, symbole du désordre, de l'incertitude, des variations de la concience humaine, est placée en dessous et à droite de  l'autre pour rappeler l'engagement de l'homme vis-à-vis de sa dextre, symbole d'ordre, de droiture, de fidélité, de travail. Ainsi disposées, les mains expriment la soumission complète des vivants aux ancêtres. Mano izquierda empuñada, revolución. Derecha abierta, reacción. etc.
 
En mitoastronomía, las dos osas, carros o cucharones, son las manos de Rhea, la mano de la vida y la de la muerte; girando sin cesar, se llevan las almas de los muertos, y simultáneamente bajan las almas de los renacidos.
 
Quizá las manos pueden expresar las 4 almas del hombre. Su naturaleza andrógina, derecha masculina, izquierda femenina. Sol y luna. Imagen especular oscura: alma sombra, perecedera. Tierra. Materia. Quizá se invierte especularmente (la sombra de la mano derecha es izquierda, etc.). Corresponde a los pies. Imagen especular sonora: imagen acuática. Sexo, creación y destrucción. Zampoña. Imagen roja: corazón, nefesh. Amor. Fuego. Sangre. Tambor.

El más antiguo brazalete de obsidiana revela habilidades increíbles de los artesanos en el VIII milenio a. C.

Reconstrucción digital del brazalete propuesto por Mohamed Ben Tkaya (LTDS). Obsidian Use Proyect Archives. CNRS.
Vía: PHYSORG | 21 de diciembre de 2011 (Traducción: G.C.C. para Terrae Antiqvae)
Los investigadores del Institut Français d'Études Anatoliennes, en Estambul, y el Laboratoire de Tribologie et de Dynamiques des Systèmes (LTDS) han analizado el más antiguo brazalete de obsidiana que se haya identificado, descubierto en la década de 1990 en el yacimiento de Asikli Höyük, Turquía.
 Utilizando métodos de alta tecnología desarrollados por LTDS para estudiar la superficie del brazalete y sus características micro-topográficas, los investigadores han revelado la increíble experiencia técnica de los artesanos en el VIII milenio a. C. Sus habilidades eran altamente sofisticadas para este período de la prehistoria del mundo, y estaban a la par con las técnicas de pulido de hoy en día. Este trabajo se ha publicado en la edición de diciembre de 2011 de la Journal of Archaelogical Science, y arroja nueva luz sobre las sociedades del Neolítico, las cuales siguen siendo muy misteriosas.
Datado en el 7500 a. C., el brazalete de obsidiana estudiado por los investigadores es único. Es la evidencia más temprana del trabajo de la obsidiana, el cual sólo alcanzó su cima entre el VII y VI milenio a. C., con la producción de todo tipo de objetos ornamentales, incluidos espejos y vasos. El brazalete tiene una forma compleja con una notable cresta anular central, y es de 10 cm de diámetro y 3,3 cm de ancho.
Descubierto en 1995 en el excepcional yacimiento de Asikli Höyük, en Turquía, y desde entonces expuesto en el Museo Arqueológico de Aksaray, fue estudiado en 2009 después de que Mihriban Özbasaran (foto a la izquierda), profesora del Departamento de Prehistoria de la Universidad de Estambul, reanudara las excavaciones. Laurence Astruc, un investigador del CNRS y sus colegas, analizaron la pulsera utilizando tecnologías informáticas muy potentes desarrolladas por los investigadores del LTDS, Zahouani Hassan (ENISE)  y Roberto Vargiolu (ECL). Desarrolladas para la industria con el fin de caracterizar el 'efecto de piel de naranja' en la carrocería pintada de los coches, estos métodos, conocidos como multi-escala de análisis tribológico, se han adaptado para el estudio de las características micro-topográficas de artefactos arqueológicos. Las mismas tratan de identificar cada operación realizada en la superficie de estos objetos.
Este proceso ha puesto de manifiesto que el brazalete se realizó utilizando técnicas de fabricación altamente especializadas. Los análisis realizados mostraron que la pulsera era casi perfectamente regular. La simetría de la cresta central anular es extremadamente precisa al grado más próximo y cercano de cien micrómetros. Esto sugiere que los artesanos de la época utilizaron modelos para controlar la forma cuando se estaba haciendo el objeto. El acabado de la superficie del brazalete (que es muy regular, asemejándose a un espejo) requiere el uso de complejas técnicas de pulido capaces de obtener una calidad de superficie a escala nanométrica digna de las lentes telescópicas de hoy en día.
El brazalete de obsidiana de Asikli Höyük. a. Forma y dimensiones, b. La simetría del objeto. Obsidian Use Proyect Archives. CNRS.
Dirigido por Laurence Astruc, el trabajo se llevó a cabo en colaboración con la Estambul University y fue financiado por laFrance's National Research Agency como parte del programa "La obsidiana: técnicas prácticas y usos en Anatolia" (ANR 08-Blanc-0318). En el programa, el brazalete de Höyük Asikli es el primer objeto que se ha estudiado entre otros sesenta artefactos de obsidiana pulida.
En colaboración con la University of Manchester y el British Museum, el equipo de Laurence de Astruc está analizando objetos ornamentales encontrados en los yacimientos de Halaf, en Domuztepe, al este de Anatolia Central, y en Arpachiyyah, en Irak.

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